Repensando el Apocalipsis: un Manifiesto Indígena AntiFuturista
Esta es una transmisión de un futuro que no sucederá. De un pueblo que no existe
Indigenous Action
19/03/2020
Rethinking the Apocalypse: An Indigenous Anti-Futurist Manifesto [en]
El final está cerca.
¿O ha venido y se ha ido antes?
Un ancestro
¿Por qué podemos imaginar el fin del mundo, pero no el fin del colonialismo?
Vivimos el futuro de un pasado que no es el nuestro. Es una historia de fantasías utópicas e idealización apocalíptica. Es un orden social global patógeno de futuros imaginarios, construido sobre el genocidio, la esclavitud, el ecocidio y la ruina total.
¿Qué conclusiones se pueden sacar en un mundo construido de huesos y metáforas vacías? Un mundo de finales fetichizados calculados en medio de la ficción colectiva de espectros virulentos. Desde los tomos religiosos hasta el entretenimiento científico ficticio, cada línea de tiempo imaginaria construida de forma tan predecible; principio, medio y finalmente, El Final.
Inevitablemente en esta narración hay un protagonista luchando contra un enemigo otro (una apropiación genérica de la espiritualidad africana/haitiana, un «zombi»?), y, alerta, spoiler (1): no eres tú ni yo. Muchos están ansiosos por ser los únicos supervivientes del «apocalipsis zombi». Pero estas son metáforas intercambiables, este zombie/Otro, este apocalipsis, estas metáforas vacías, esta linealidad, sólo existen en el lenguaje de las pesadillas, son a la vez parte de la imaginación y el impulso apocalíptico. Esta forma de «vivir», esta «cultura» de dominación consume todo para su propio beneficio. Es un reordenamiento económico y político para adaptarse a una realidad que descansa en los pilares de la competencia, la propiedad y el control en busca del beneficio y la explotación permanente.
Profesa la «libertad», pero sus cimientos se asientan en tierras robadas, y su estructura se construye con vidas robadas.
Es esta misma «cultura» la que siempre debe tener un enemigo otro, para culpar, reclamar, afrentar, esclavizar y asesinar.
Un enemigo subhumano sobre el que no sólo se permite sino que se espera el ejercicio de cualquier y todas las forma de violencia extrema. Si no tiene un Otro inmediato, construye uno meticulosamente. Este Otro no está hecho de miedo, sino que su destrucción está obligada por él. Este Otro está constituido por axiomas apocalípticos y por la miseria permanente. Este enajenación, esta enfermedad weitko (2), se sintetiza quizás mejor en su estratagema más simple, aquella que nos rehizo silenciosamente: Son sucios, no Son aptos para la vida, Son discapacitados, Son incapaces, Son desechables, no Son creyentes, Son indignos, Están hechos para beneficiarnos, odian nuestra libertad, Son indocumentados, Son queer /maricones, Son negros, Son indígenas, Son menos que, Están en contra de nosotros, hasta que finalmente, no lo Son más.
En este constante mantra de violencia reformulada, o eres Tú o son Ellos. Es el Otro el que es sacrificado por una continuidad inmortal y cancerosa. Es el Otro quien es envenenado, quien es bombardeado, quien es dejado tranquilamente bajo los escombros. Esta forma de no ser, que ha infectado todos los aspectos de nuestras vidas, que es responsable de la aniquilación de especies enteras, de la toxificación de los océanos, el aire y la tierra, la tala y quema de bosques enteros, la incineración masiva, la posibilidad tecnológica de una guerra que termine con el mundo y el aumento de las temperaturas a escala mundial, es la política mortal del capitalismo, es una pandemia.
Un final que ha llegado antes
La invasión física, mental, emocional y espiritual de nuestras tierras, cuerpos y mentes para asentarse y explotar, es el colonialismo. Los barcos navegaron con vientos envenenados y mareas sangrientas a través de los océanos empujados con un aliento superficial y el impulso esclavizador, millones y millones de vidas se extinguieron silenciosamente antes de que pudieran nombrar a su enemigo. 1492. 1918. 2020…
Las sabanas de la bioguerra (3), la matanza de nuestro pariente el búfalo, la represa de los ríos que dan vida, la quema de la tierra virgen, las marchas forzadas (4), el encarcelamiento regulado por la ley, la educación coercitiva a través del abuso y la violencia.
El día a día de la posguerra, el post-genocidio, negociando la humillación post-colonial de nuestro lento suicidio en masa en el altar del capitalismo; trabajo, ingresos, pagar el alquiler, beber, coger, criar, retirarse, morir. Todo ello está a la orilla del camino, está en venta en los mercados indios, sirviendo bebidas en el casino, reabasteciendo Bashas(5), es lindo tener a los indios detrás de ti.
Estos son los dones del infestado destino manifiesto(6), este es el futuro imaginario que nuestros captores nos hicieron perpetuar y ser parte. La despiadada imposición de este mundo muerto fue impulsada por una utopía idealizada como Charnel House(7), fue «por nuestro propio bien», un acto de «civilización».
Maten al «indio»; matar nuestro pasado y con ello nuestro futuro. «Salven al hombre-blanco?»; imponiendo otro pasado y con él otro futuro.
Estos son los ideales apocalípticos de los abusadores, racistas y hetero-patriarcas. La fe ciega doctrinal de aquellos que sólo pueden ver la vida a través de un prisma, un caleidoscopio fracturado de una guerra total e interminable.
Es un apocalípsis que coloniza nuestra imaginación y destruye nuestro pasado y futuro simultáneamente. Es una lucha por dominar el significado humano y toda la existencia.
Este es el futurismo del colonizador, el capitalista. Es a la vez cada futuro robado por el saqueador, belicista y el violador.
Esto siempre ha sido sobre la existencia y la no existencia. Es el apocalípsis, actualizado. Y con la única certeza de un final mortal, el colonialismo es una plaga.
Nuestros ancestros entendieron que esta forma de ser no podía ser razonada ni negociada. Que no podía ser mitigada o redimida. Comprendieron que lo apocalíptico sólo existe en los absolutos.
Nuestros ancestros soñaron contra el fin del mundo
Muchos mundos han pasado antes de este. Nuestras historias tradicionales están estrechamente entretejidas con el tejido del nacimiento y el fin de los mundos. A través de estos cataclismos hemos aprendido muchas lecciones que han dado forma a lo que somos y cómo vamos a estar unos con otros. Nuestras formas de ser están informadas a través de la búsqueda de la armonía, a través y desde la destrucción de los mundos. Lo Elíptico. Nacimiento. Muerte. Renacimiento.
Tenemos indeterminadas historias sobre el mundo que es parte de nosotros. Es el lenguaje del cosmos, habla en profecías largamente talladas en las cicatrices donde nuestros antepasados soñaron. Es la danza de los fantasmas, los siete fuegos, el nacimiento del Búfalo Blanco, la séptima generación, los cinco soles, está escrito en piedra cerca de Oraibi, y más allá. Estas profecías no sólo son predictivas, también han sido diagnósticas e instructivas.
Somos los soñadores soñados por nuestros ancestros. Hemos atravesado todo el tiempo entre los alientos de nuestros sueños. Existimos a la vez con nuestros antepasados y con las generaciones no nacidas. Nuestro futuro está en nuestras manos. Está en nuestra cooperación e interdependencia. Es nuestro pariente. Está en los pliegues de nuestros recuerdos, doblados suavemente por nuestros ancestros. Es nuestro Tiempo de Sueño colectivo, y es el Ahora. Entonces. Mañana. Ayer.
La imaginación anticolonial no es una reacción subjetiva al futurismo colonial, es un futuro anti-colono. Nuestros ciclos vitales no son lineales, nuestro futuro existe sin tiempo. Es un sueño no colonizado.
Este es el anti-futuro indígena
No nos preocupa cómo nuestros enemigos nombran su mundo muerto o cómo nos reconocen a nosotros o a estas tierras. No estamos interesados en rehacer sus formas de gestionar el control o de honrar sus acuerdos o tratados muertos. No se les obligará a poner fin a la destrucción de su mundo que tanto predican. No les rogamos que acaben con el calentamiento global, ya que es la conclusión de su imperativo apocalíptico y su vida se construye sobre la muerte de la Pachamama. Enterramos juntas al ala derecha y a la izquierda en esta tierra que están tan hambrientos de consumir. La conclusión de la guerra ideológica de la política colonial es que los pueblos indígenas siempre pierden, a menos que nos perdamos a nosotros mismos. Los capitalistas y colonizadores no nos llevarán hacia sus futuros muertos.
La idealización apocalíptica es una profecía autocumplida. Es el mundo lineal muriendo internamente. La lógica apocalíptica existe dentro de una zona muerta espiritual, mental y emocionalmente que se canibaliza a sí misma. Son los muertos resucitados para consumir toda la vida.
Nuestro mundo vive cuando su mundo deja de existir
Como indígenas anti-futuristas, somos la consecuencia de la historia del futuro del colonizador. Somos la consecuencia de su guerra contra la Pachamama. No permitiremos que el espectro del colonizador, los fantasmas del pasado, ronden las ruinas de este mundo. Somos la actualización de nuestras profecías.
Este es el resurgimiento del mundo de los ciclos.
Esta es nuestra ceremonia.
Entre cielos silenciosos. El mundo respira de nuevo y la fiebre disminuye.
La tierra está tranquila. Esperando a que la escuchemos.
Cuando hay menos distracciones, vamos al lugar donde surgieron nuestros ancestros.
Y su/nuestra voz.
Hay una canción más antigua que el mundo mismo, cura más profundamente que lo que la espada del colonizador podría alguna vez cortar.
Y allí, nuestra voz. Siempre fuimos sanadorxs. Esta es la medicina originaria.
El colonialismo es una plaga, el capitalismo es una pandemia.
Estos sistemas son anti-vida, no se verán obligados a curarse a sí mismos.
No permitiremos que estos sistemas enfermos y corruptos se recuperen.
Nos extenderemos.
Nosotrxs somos los anticuerpos
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Anexo:
En nuestro pasado/su futuro, fueron los ataques no lineales y poco sistemáticos contra infraestructuras críticas vulnerables como las empresas de gas, los corredores de transporte, las fuentes de alimentación, los sistemas de comunicaciones y otros, los que hicieron que el colonialismo de ocupación (8) fuera imposible en estas tierras.
– Nuestra organización fue celular, no requirió movimientos sociales formales.
– La ceremonia fue/es nuestra liberación, nuestra liberación fue/es la ceremonia.
– Honramos nuestras enseñanzas sagradas, nuestros ancestros y las generaciones venideras.
– No nos atribuimos el mérito de nada. No emitimos ningún comunicado. Nuestras acciones serán nuestra propaganda.
– Celebramos la muerte de la solidaridad de la izquierda y su miope romanticismo apocalíptico.
– No exigimos nada a los capitalistas/colonizadores.
Notas
1- Nota de las traductoras: Spoil en inglés podría ser traducido como arruinar o estropear, transformando en este caso al Spoiler en un “arruinador”. No olvidemos que este término suele ocuparse, en especial, en paginas internacionales, pero podríamos encontrar frases al inicio de la columna o crónica que digan; “Destripe”, “Destape de Final”, “Spoiler”, “Adelanto”, “Estropeo”, etc. Que nos dan a entender que también podría contener información que no deseamos saber todavía. <<https://www.guioteca.com/series-de-tv/spoiler-alert-que-significa-y-por-que-hay-que-dejar-de-leer-cuando-aparece/>>, consulado 28 de marzo del 2020.
2- Nota de las traductoras: Para los nativoamericanos la enfermedad del wétiko (o weitko, como le llamó el psiquiatra R. D. Laing al tomar la idea del pensamiento nativoamericano) se trata de la enfermedad del alma y el espíritu del hombre blanco europeo, tal como lo describió en 1978 Jack Forbes, pensador nativoamericano, en su libro Columbus and Other Cannibals. Para Forbes “Esta afección, esta psicosis wétiko (caníbal), es la mayor enfermedad epidémica conocida por el hombre (blanco)” y se caracteriza por el consumo de otros seres humanos, por ello el wétiko es un canibal, un depredador, “es el consumo de la vida de otro para su propio propósito o beneficio privado.” , Tomado de https://unsettlingamerica.wordpress.com/tag/wetiko/, consultado 26 de marzo del 2020.
3- Nota de las traductoras: Hace alusión a las sábanas contaminadas de virus y enfermedades que les fueron regaladas a los nativos por los invasores blancos.
4- Nota de las traductoras: The forced marches o “las marchas forzadas” hace alusión a las marchas a las que fueron obligadas las personas compradas o capturadas en África por los traficantes de esclavos.
5- Nota de las traductoras: Tiendas de lona o plástico típicas de los mercados informales.
6- Nota de las traductoras: Se nombró así a una doctrina del siglo XIX que profetizaba que la expansión de los Estados Unidos desde las costas del Atlántico hasta el Pacífico era inevitable y estaba justificada.
7- Nota de las traductoras: “Casa de Charnel” es el lugar donde descansan los restos generalmente exhumados de la persona muerta, en sentido figurado se utiliza como frase para referirse a un lugar relacionado con la muerte violenta, el hogar de un asesino en serie o donde han ocurrido asesinatos macabros.
8- Nota de las traductoras: En el original se habla de “settler colonialism”. El mismo se distingue de otras formas de colonialismo, como el colonialismo clásico o el eocolonialismo, por algunas cuestiones claves: Por un lado, en el colonialismo de asentamiento, el colono «viene para quedarse» esto es que se quedan permanentemente ocupando las tierras arrebatadas al pueblo nativo. En segundo lugar, la ocupación colonial se instala como estructura, persistiendo en la eliminación continua de las poblaciones indígenas e instalando un estado que se nombra así mismo como soberano y con el control jurídico sobre las tierras. Finalmente esta forma de colonialismo busca eliminarse a si mismo en su forma colonial instalando una forma de gobierno soberana donde el excolono blanco se erige como clase suprema e indiscutible sobre el resto de la población a través de la eliminación de los pueblos indígenas y la afirmación de falsas narrativas donde reafirman su pertenencia a la t erra que ocupan, ocultando el pasado de sustracción violenta a través del cual llegaron a instalarse allí.
La Vorágine https://lavoragine.net/manifiesto-indigena-antifuturista/
Katia Sepúlveda y Yuderkys Espinosa Miñoso[traducción]